Tratamiento Alcoholismo, Centro de investigación y tratamiento del alcoholismo y drogodependencias, alcoholicos en Sevilla, Andalucía Tratamiento Alcoholismo, Centro de investigación y tratamiento del alcoholismo y drogodependencias, alcoholicos en Sevilla, Andalucía
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Centro de investigación y tratamiento del alcoholismo y drogodependencias.

Tratamiento Drogodependencias

 

La cocaína procede de un arbusto cuya denominación botánica es Erytroxilon coca. Se cultiva, fundamentalmente, en los países del altiplano andino (Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú). Allí, desde hace siglos se mascan las hojas procedentes de la planta, para liberar así su principio activo y obtener sus beneficios. Las cantidades absorbidas de este modo son muy reducidas, por lo que apenas se registran consecuencias adversas asociadas a esta forma secular de consumo.

Las culturas indígenas de los países productores usaban la coca con carácter ritual y por sus propiedades energéticas, que les permitían realizar trabajos físicos de excepcional dureza sin cansarse en exceso. Las carencias alimenticias también eran resueltas gracias a que la coca quita el apetito.

Si este uso tradicional hubiera sido el único modo de consumir la coca, probablemente esta sustancia no tendría cabida en una web como ésta. Sin embargo, desde que se consiguió aislar su principio activo (a finales del siglo XIX), aparecieron otras formas de uso con un mayor potencial dañino.

Durante los primeros años del siglo XX, el principio activo de la coca se utilizó en la elaboración de tónicos como el vino Mariani y la propia Coca-cola.

Las hojas de coca, sometidas a diversos procesos de elaboración química, dan lugar a distintos derivados:
- Clorhidrato de cocaína: la forma principal de consumo en Europa, conocida popularmente como cocaína.
- Sulfato de cocaína (pasta de coca, también conocida como basuko), que se fuma mezclada con tabaco o marihuana.
- Cocaína base (crack), que se fuma mezclada con tabaco.

El consumo de las dos últimas es absolutamente minoritario en España, por lo que no les dedicaremos más espacio y centraremos este capítulo en la cocaína.

La cocaína se consume fundamentalmente esnifada, mediante la aspiración nasal del polvo, colocado a modo de línea o raya, a través de un billete enrollado o una cánula. Su uso es, en gran medida, recreativo. Al igual que ocurre con las anfetaminas, es utilizada con frecuencia para aguantar sin dormir las noches de los fines de semana.


EFECTOS

Durante años se dudó de la capacidad de la cocaína para provocar grandes daños entre los usuarios. De hecho, esta droga gozó de una imagen social muy positiva, ligada al éxito y a la diversión. No obstante, tras un periodo de silencio clínico, las consecuencias van desapareciendo y se traducen en un aumento de las personas en tratamiento y número de urgencias.

La cocaína es una droga psicoestimulante, consumida generalmente por inhalación (esnifado, en el argot callejero). Su fácil absorción ha ce que llegue rápido al cerebro, provocando unos efectos que aparecen a los pocos minutos del consumo.

Efectos psicológicos. Son los siguientes:

- Euforia
- Locuacidad
- Aumento de la sociabilidad
- Aceleración mental
- Hiperactividad
- Deseo sexual aumentadoEn consumidores crónicos, a medida que desaparecen estos efectos sobreviene un estado de cansancio y apatía que puede inducir a repetir el consumo.

Efectos fisiológicos. Los más habituales son los siguientes:

- Disminución de la fatiga
- Reducción del sueño
- Inhibición del apetito
- Aumento de la presión arterial


RIESGOS

Riesgos psicológicos:

- El consumo crónico y abusivo de cocaína puede provocar importantes trastornos psíquicos, similares a los provocados por las anfetaminas, tales como ideas paranoides y depresión.
- La dependencia psíquica de la cocaína es una de las más intensas provocadas por las drogas.
- La supresión del consumo tras un período prolongado, da lugar a un fenómeno de rebote, caracterizado por somnolencia, depresión, irritabilidad, letargia, etc.

Riesgos orgánicos. Tanto por su incidencia en el cerebro como por la vía habitual de administración (esnifada), el consumo crónico de cocaína puede causar:

- Pérdida de apetito
- Insomnio
- Perforación del tabique nasal
- Patología respiratoria: sinusitis e irritación de la mucosa nasal
- Riesgo de infartos/hemorragias cerebrales
- Cardiopatía isquémica



Se conoce con el nombre de opiáceos a una familia de sustancias que tienen en común su emparentamiento con el opio, bien porque derivan de él, como es el caso de la morfina, bien porque se elaboran mediante síntesis química a partir de la propia morfina, como es el caso de la heroína (químicamente diacetilmorfina).
El opio se extrae de las cápsulas de una planta conocida en botánica como Papaver somniferum. Es utilizado por la humanidad desde la Antigüedad, existiendo referencias de su consumo que datan de 4000 años antes de Cristo.

El opio se consumió por vía fumada en diversas zonas de Asia, aunque su gran poder nace a partir del aislamiento de sus diversos alcaloides. Es el caso, por ejemplo, de la morfina, un potente analgésico obtenido a partir del opio, aislado por químicos alemanes en 1806, y utilizado profusamente en la actualidad en contextos médicos. Debe su nombre a Morfeo, dios griego del sueño.

La heroína, conocida como caballo en el argot callejero, ha acaparado durante décadas los titulares de los medios de comunicación de España y la atención de la ciudadanía. En 1973 irrumpió en contextos universitarios españoles, para ir poco a poco extendiéndose hacia colectivos sociales diversos, hasta acabar limitada a ambientes sociales marginales.

En la actualidad es una droga en desuso, sin atractivo para los jóvenes, que no se interesan por ella. Es objeto de consumo por parte de heroinómanos veteranos, con edades en torno a los treinta años, en situación de elevado deterioro orgánico, psicológico y social.

La heroína fue sintetizada a finales del siglo XIX por la industria farmacéutica Bayer, en busca de un fármaco que tuviera la capacidad analgésica de la morfina, pero sin su potencial adictivo. Se utilizó inicialmente como terapia frente a la morfinomanía, aunque este uso pronto se abandonó al no mostrar los resultados deseados.

Como ocurre con casi todas las drogas, fue también la contracultura norteamericana la que contribuyó a ensalzar sus efectos, y el estilo de vida característico del yonqui, término actualmente despectivo que dio título en 1959 a la novela del escritor beat William Burroughs.

Aunque hasta mediados de la década de los noventa la vía habitual de consumo era la inyectada, en la actualidad, como consecuencia de la propagación del virus de inmunodeficiencia humana responsable del sida y de otras muchas infecciones, se ha generalizado la vía fumada (hacerse un chino, en el argot callejero).

El cultivo actual del opio a partir del cual se elabora la heroína que llega a España y al resto de Europa procede del llamado Triángulo de Oro, formado por Laos, Tailandia y Birmania. También Afganistán, Pakistán, Irán y Turquía son países productores.


EFECTOS

Durante el primer tiempo de consumo, los efectos principales de la administración de heroína son los siguientes:

Efectos psicológicos:

- Euforia
- Sensación de bienestar
- Placer (como un orgasmo, en descripción de consumidores)

Efectos fisiológicos:

- Analgesia: falta de sensibilidad al dolor
- En los primeros consumos no son raras las náuseas y vómitos
- Inhibición del apetito


RIESGOS

Es probablemente, junto con el alcohol, la droga mejor conocida entre nosotros. Esto se debe a que la mayor parte de las personas en tratamiento por problemas asociados al consumo de drogas ilícitas han sido, hasta ahora, consumidores de heroína. Sus riesgos más frecuentes son los siguientes:

Riesgos psicológicos:

- Alteraciones de la personalidad
- Alteraciones cognitivas, como problemas de memoria
- Trastorno de ansiedad y depresión
- Dependencia psicológica, que hace que la vida del consumidor gire obsesivamente en torno a la sustancia

Riesgos orgánicos:

- Adelgazamiento
- Estreñimiento
- Caries
- Anemia
- Insomnio
- Inhibición del deseo sexual
- Pérdida de la menstruación
- Infecciones diversas (hepatitis, endocarditis, etc.) asociadas a las condiciones higiénico-sanitarias en que tiene lugar el consumo y al estilo de vida del consumidor

El consumo habitual de heroína genera tolerancia con rapidez, por lo que el consumidor necesita ir aumentando la dosis para experimentar los mismos efectos. Ello explica el riesgo de sobredosis tras un período de abstinencia.

La heroína genera una elevada dependencia, acompañada de un desagradable síndrome de abstinencia (el mono) si se suspende el consumo o se administran dosis inferiores a aquellas a las que el organismo se ha habituado. El síndrome de abstinencia se caracteriza por síntomas como: lacrimeo, sudoración, rinorrea, insomnio, náuseas y vómitos, diarrea, fiebre, dolores musculares…, acompañados de una fuerte ansiedad.




Estos psicoestimulantes producidos sintéticamente en laboratorios químicos a finales del siglo XIX tuvieron distintos usos, entre los que cabe destacar su profusa utilización en los conflictos bélicos europeos para vencer el cansancio de los soldados y mejorar su rendimiento en las batallas. Se dice que los kamikazes del ejército japonés ingerían dosis elevadas de anfetaminas antes de estrellar sus aviones contra objetivos militares.
Su uso médico ha sido variado. Hoy, las anfetaminas están indicadas para el tratamiento de diversos trastornos, entre los que cabe citar:
- Narcolepsia, o forma severa de somnolencia diurna.
- Hiperactividad infantil, respecto a la que actúa con un efecto paradójico.

Aunque pueden presentarse de otro modo, su consumo habitual se produce en forma de pastillas o comprimidos. A menudo se añaden a la composición de las drogas de síntesis, como el éxtasis.

Hasta que en 1983 se reguló su venta en farmacias, el consumo de anfetaminas fue muy importante en nuestro país, particularmente entre los estudiantes que intentaban aguantar sin dormir las noches de estudio, camioneros que hacían largas travesías, personas que deseaban adelgazar y amas de casa a quienes sobrecargaban las tareas del hogar.

En la actualidad, las anfetaminas con destino al mercado negro se producen en laboratorios químicos clandestinos.

Una de las anfetaminas más frecuente en el mundo de las drogas ilícitas es el sulfato de anfetamina, conocido en lenguaje callejero como speed (del inglés velocidad). Generalmente se presenta en forma de polvo y se consume por inhalación, como la cocaína, con la que comparte los riesgos asociados a esta vía de administración (daños sobre la mucosa nasal, etc.). El speed también puede presentarse, como el resto de las anfetaminas, en forma de comprimido.


EFECTOS

Los efectos provocados por el consumo de anfetaminas recuerdan en gran medida a los producidos por la cocaína.

Efectos psicológicos. Entre los más frecuentes se encuentran:

- Agitación
- Euforia
- Incremento de autoestima
- Sentimientos de grandiosidad
- Verborrea
- Alerta y vigilancia constantes
- Agresividad

Efectos fisiológicos. Los efectos sobre el organismo del consumidor son, en esencia:

- Falta de apetito
- Taquicardia
- Insomnio
- Sequedad de boca
- Sudoración
- Incremento de la tensión arterial
- Contracción de la mandíbula


RIESGOS

Riesgos psicológicos. Su consumo crónico puede dar lugar a:

- Cuadros psicóticos similares a la esquizofrenia, con delirios persecutorios y alucinaciones
- Depresión reactiva
- Delirios paranoides
- Intensa dependencia psicológica

Riesgos orgánicos. Tras un consumo prolongado, además de un intenso agotamiento puede dar lugar a las siguientes alteraciones:

- Hipertensión
- Arritmia
- Colapso circulatorio
- Trastornos digestivos


Las drogas alucinógenas integran lo que hemos llamado sustancias perturbadoras del sistema nervioso central. Se trata de drogas que, al llegar al cerebro, provocan alteraciones en su funcionamiento neuroquímico que afectan particularmente a la manera de percibir la realidad, pudiendo dar lugar a trastornos sensoriales severos e incluso auténticas alucinaciones.
Los alucinógenos se han utilizado en distintas civilizaciones: La modificación de la conciencia que provocan era considerada una vía efectiva para entrar en contacto con la divinidad, y de ahí su relevancia en rituales de corte sagrado.
La mayoría de las drogas de esta familia proceden de hongos cultivados en países latinoamericanos y africanos, como es el caso del Peyote mexicano, del que se extrae la mescalina; del colombiano Yagé; o de la planta procedente de Gabón conocida como Tabernanthe iboga, de la que se extrae la ibogaína. Aquí, en Europa, es clásica
la utilización de la Amanita muscaria, seta alucinógena utilizada con carácter ritual.
El movimiento hippy descubre los alucinógenos al ver en ellos una vía de autoexploración que permitiría al consumidor (convertido así en psiconauta), de acuerdo con su filosofía mística, entrar en contacto directo con las galerías subterráneas del inconsciente al que en condiciones normales sería imposible acceder. Abandonadas estas creencias, que aún se mantienen en determinados colectivos vagamente marginales, los alucinógenos, como la mayoría de las drogas, han pasado a ser recreativas y consumidas sobre todo las noches de los fines de semana.
El alucinógeno más utilizado en Europa es la dietilamida del ácido lisérgico, LSD(conocido en el argot de la calle como ácido o tripi -del inglés trip, viaje-). En los años60, algunos gurús de la contracultura norteamericana hicieron un importante consumo y promoción de la LSD.
La LSD fue descubierta casualmente en 1938 por Albert Hoffman, químico de la empresa Sandoz, cuando investigaba con el cornezuelo de centeno. Su ingesta
accidental le sumió en un estado alucinatorio que le llevó a investigar hasta aislar el principio activo responsable de tal estado.
La LSD se consume por vía oral en diversas formas: micropuntos, hojas de papel absorbente con diversos motivos gráficos, terrones de azúcar impregnados, etc.


EFECTOS

Una de las características principales de la LSD es su potente efecto a dosis mínimas. A la media hora de su consumo, empieza a manifestarse sus efectos, que duran alrededor de 8 horas.
Efectos psicológicos. Podría decirse que el consumo de alucinógenos disloca el funcionamiento del cerebro humano, desapareciendo los límites entre el sujeto y la realidad. Las principales manifestaciones de este proceso son las siguientes:


- Alteración de la percepción, incluyendo la propia autoimagen
- Hipersensibilidad sensorial
- Deformación de la percepción del tiempo y el espacio
- Alucinaciones
- Ideas delirantes
- Euforia
- Confusión mental
- Verborrea
- Hiperactividad
- Experiencia mística

Efectos fisiológicos. Tras su consumo, el usuario experimenta los siguientes efectos:

- Taquicardia
- Hipertermia
- Hipotensión
- Dilatación de la pupila
- Descoordinación motora


RIESGOS


Riesgos psicológicos. Las consecuencias más severas del consumo de LSD pueden ser:

- Reacciones de pánico (mal viaje)
- Intento de suicidio
- Reacciones psicóticas
- Reapariciones de alucinaciones sin que se haya consumido la sustancia (flash-back)


Riesgos orgánicos. Dado lo esporádico de su consumo, no existen pruebas de daños físicos, siendo en la esfera psicológica donde está la mayor probabilidad de consecuencias adversas.


Aunque son varias las sustancias englobadas en el término drogas de síntesis, vamos a referirnos a la más usual, la conocida como éxtasis o MDMA. Junto con otras sustancias de la misma familia química (Eva, píldora del amor, etc.), el éxtasis contribuyó a popularizar la química psicoactiva, abriendo un camino por el que después se colaron otras sustancias: ketamina, GHB, etc., las cuales, a pesar del tratamiento mediático recibido, no parecen estar teniendo especial arraigo en España. El éxtasis fue investigado en la década de los cincuenta por el ejército
norteamericano a la búsqueda de un fármaco que forzara a los prisioneros a declarar. Posteriormente, en plena ebullición de los movimientos contraculturales y psicodélicos, fue objeto de experimentación por algunos psicólogos y psiquiatras norteamericanos que pensaban que esta sustancia tenía capacidad para levantar algunas de las represiones de sus pacientes.
La década de los ochenta conoce un cierto auge de ésta y otras sustancias de síntesis. Los clubes de música house de Estados Unidos (Detroit, Chicago, etc.), Australia y Europa (Reino Unido, Holanda y Alemania en un primer momento, para extenderse después a
prácticamente toda la Unión Europea) son el escenario desde mediados
de los ochenta del consumo de estas drogas.
Con la entrada en el siglo XXI, su penetración parece haberse frenado e incluso se ve un retroceso en algunos lugares. En España, por ejemplo, la encuesta escolar de 2002 muestra un descenso del consumo entre los jóvenes de 14 a 18 años. Este hecho puede estar relacionado con el
impacto que han tenido en la opinión pública las muertes vinculadas al éxtasis habidas en España.
COMBINACIÓN DE DROGAS

Cada droga tiene su mitología. En el caso de las drogas de síntesis, durante años se divulgó la idea de que sus consumidores se abstenían del consumo de otras drogas, limitándose a acompañar sus pastillas con cantidades generosas de agua. Esa conducta pudo ser cierta en los primeros momentos de uso elitista, pero cesó a medida que el consumo de pastillas se popularizó. Investigaciones españolas y europeas muestran cómo los consumidores de estas drogas las combinan con diversas sustancias: alcohol, tabaco, hachís y, en no pocas ocasiones, cocaína.

EFECTOS

Dan lugar a una experiencia mixta entre la estimulación y la percepción alterada, por lo que se las ha comparado con una mezcla de anfetaminas y un alucinógeno llamado mescalina. Al consumirse en forma de pastillas, su absorción en el aparato digestivo, de donde pasa al torrente sanguíneo, es más lenta que en el caso de otras vías de administración.

Efectos psicológicos. Cuando comenzó a derivarse al mercado negro, se planteó comercializarla con el nombre de empathy, finalmente desechado. Esa denominación refleja cuáles son sus principales efectos:

- Empatía
- Sociabilidad
- Euforia
- Incremento de la autoestima
- Desinhibición
- Deseo sexual aumentado
- Locuacidad
- Inquietud
- Confusión
- Agobio

Efectos fisiológicos. Los efectos más frecuentes de estas drogas son:

- Taquicardia, arritmia e hipertensión
- Sequedad de boca
- Sudoración
- Contracción de la mandíbula
- Temblores
- Deshidratación
- Aumento de la temperatura corporal (hipertermia)


RIESGOS

Casi todas las drogas son presentadas en el momento de su comercialización como compuestos completamente inofensivos. Ha sido el caso del tabaco, cuyo impacto sobre la salud pública sólo recientemente se reconoce como evidencia; fue también el caso de las anfetaminas, usadas en otros tiempos por estudiantes o camioneros; y es también el caso del éxtasis, defendido por sus promotores como sustancia sin ningún tipo de riesgo. Sin embargo, la investigación aún incipiente ha permitido perfilar algunos riesgos:

Riesgos psicológicos. Los más severos son:

- Crisis de ansiedad
- Trastornos depresivos
- Alteraciones psicóticas

Riesgos orgánicos. Se asocian al contexto en que se suele consumir el éxtasis, ambientes caldeados en los que se baila intensamente:

- Aumento severo de la temperatura corporal (hipertermia maligna, conocida como golpe de calor)
- Arritmia
- Convulsiones
- Insuficiencia renal
- Rabdomiólisis
- Coagulopatía
- Hemorragias, trombosis e infartos cerebrales
- Insuficiencia hepática
Se investiga actualmente la capacidad del éxtasis para provocar en humanos la neurotoxicidad detectada en animales de laboratorio, habiendo evidencias respecto a su impacto negativo sobre la memoria.


El consumo de éxtasis ya se ha cobrado vidas en España. A lo largo de una década, se ha detectado la presencia de esta sustancia en El consumo de éxtasis ya se ha cobrado vidas en España


Las siguientes sustancias han aparecido de manera muy tímida en el mercado ilegal español, pero conviene conocer su naturaleza y riesgos para prevenir sus daños.

GHB

El GHB es una sustancia depresora del sistema nervioso central que ha sido empleada médicamente pero que en los últimos tiempos se ha introducido en el mercado ilícito del consumo de drogas, donde circula en pequeños botes transparentes. En el argot se le suele denominar éxtasis líquido. Aunque suele creerse que tiene unos efectos parecidos al MDMA, es fundamentalmente una droga depresora. No obstante, puede tener algún efecto psicodisléptico y estimulante.

Esta droga líquida se absorbe por vía oral, aunque se podría emplear por vía venosa (lo que eleva aún más el riesgo de sufrir problemas). Comienza su acción aproximadamente a los quince minutos de la administración. El efecto suele persistir entre 20 y 40 minutos.

El consumidor suele encontrarse sedado, con ligera euforia, aunque lo que busca es el aumento de la sociabilidad y el deseo de comunicación. No obstante, lo que puede aparecer paradójicamente es somnolencia, obnubilación, cefalea, confusión, etc. El GHB puede llegar a producir depresión respiratoria, así como delirio y alucinaciones.

En cuanto a los efectos más graves hay que tener en cuenta que no existe un antídoto, por lo que el tratamiento tendrá que ser sintomático, controlando las constantes y adecuando el tratamiento médico a los síntomas que el consumidor vaya presentando. El síndrome de abstinencia suele caracterizarse por un cuadro confusional, con temblores, insomnio y taquicardia. En los casos más graves puede haber delirios, agitación, ansiedad e incluso alucinaciones.


POLVO DE ÁNGEL

La fenciclidina, polvo de ángel o PCP, se comenzó a fabricar en los años 50 como anestésico intravenoso.

A mediados de los años 60, se dejó de utilizar debido a que producía en los pacientes intervenidos agitación, estados de delirio y conductas irracionales.

Se trata de un polvo blanco, cristalino, que se disuelve fácilmente en agua o alcohol. Tiene un sabor amargo distintivo y se puede mezclar con facilidad con colorantes.

Se presenta en forma de diversas clases de tabletas, cápsulas y polvos de colores. Por lo general, se usa inhalada, fumada o ingerida.

Los efectos del PCP en el cerebro bloquean la habilidad del usuario para concentrarse, pensar de forma lógica y articular. Ocurren cambios dramáticos en la percepción, los pensamientos y el estado de ánimo. Algunos usuarios experimentan una euforia de leve a intensa, mientras que otros se sienten amenazados por el miedo, la ansiedad o el pánico.

Las personas que usan PCP de forma crónica tienen pérdida de memoria, dificultad para hablar y pensar, depresión y pérdida de peso. Estos síntomas pueden persistir hasta un año después de dejar de usar PCP. También pueden aparecer trastornos emocionales.

El PCP interacciona con otros depresores del sistema nervioso central, como el alcohol y las benzodiazepinas, pudiendo incluso poner en peligro la vida.


KETAMINA

La ketamina es un anestésico disociativo y actúa creando en el consumidor la sensación de estar fuera de sí mismo.

Sintetizada en 1962, se utiliza desde los años 70 en medicina y veterinaria para producir anestesia. Su presentación farmacéutica es un líquido inyectable. En la calle se puede encontrar como líquido, polvo, cristales, pastillas o cápsulas. Esta droga puede estar mezclada con cualquier cosa (efedrina, cafeína...).

Los efectos dependen de la composición, el contexto en que se consume, las características corporales de la persona y de la dosis, aunque se han constatado sobredosis aún con bajos consumos.

A dosis bajas los efectos se parecen a una borrachera por alcohol o sedantes, con pérdida de coordinación y dificultades para hablar y pensar, visión borrosa, etc.

Ya a dosis altas puede producirse un viaje psicodélico muy fuerte, pudiendo aparecer delirios y pseudoalucinaciones, perdiéndose la noción de quién se es y de dónde y con quién se está, con pérdidas de la noción del tiempo y del reconocimiento de lo que pasa alrededor. Algunas personas se ven fuera de su cuerpo o piensan que han muerto o se van a morir.

Es, por tanto, una sustancia muy peligrosa. Puede provocar depresión respiratoria, paro cardíaco, trastornos de ansiedad, paranoias y su consumo de forma continuada, problemas de memoria, concentración y deterioro de otras habilidades.

La Ketamina provoca una dependencia psicológica muy alta y una rápida tolerancia.

Como en otras sustancias, la mezcla con alcohol u otras drogas aumenta las posibilidades de perder el conocimiento, de sufrir una depresión respiratoria y un paro cardíaco. Mezclar ketamina con psicoestimulantes y/o alucinógenos puede provocar una reacción impredecible y muy peligrosa.


POPPERS

Los poppers son unas drogas recreativas compuestas por nitrito de amilo en la mayor parte de los casos, pero también por otros nitritos, como nitrito de butilo o nitrito de isobutilo. Son líquidos incoloros e inodoros que se administran inhalados y que se presentan en botes de cristal. El nitrato de amilo es una sustancia muy volátil e inflamatoria y nunca ha de ser ingerida porque puede ser mortal.

Esta droga produce estimulación y vasodilatación, efectos que se perciben muy rápidamente. A los pocos segundos de la inhalación se produce una fuerte sensación de euforia, de ligereza, deseo sexual, etc. Los efectos desaparecen enseguida, produciéndose de forma posterior depresión y agotamiento.

Los efectos adversos que se producen con esta sustancia son: enrojecimiento de la cara y cuello, cefalea, náuseas y vómitos, taquicardia e hipotensión ortostática. El popper crea tolerancia y una considerable dependencia física, lo que unido a la breve duración de sus efectos buscados, lo convierte en una droga peligrosa, con un elevado riesgo de intoxicación por sobredosis.